
Cuando el corazón se pone triste,
su casa es chica para cobijar las amarguras,
la angustia una corona que lo adorna
pero acecha en la penumbra;
el órgano vital se agota,
y donde las flores se marchitan
olvidando su perfume.
El amor entra, entonces, por senderos de melancolía.
¿ Por qué amigo corazón te interrogo ahora ?
Ahora que has pasado por todas las agonías,
que pareciera querer alcanzar descanso.
¿ Por qué ahora ?.
Ahora que habíame acostumbrado a tu suave ritmo y canto
¡Ahora No!
Ahora corazón, no te pongas triste.
Guardo una tarde de sol por si hace falta, ese es un tesoro que nadie podrá arrebatarme. Guardo la mirada risueña de alguna muchacha. Guardo en un bolsillo el color de la piel de una naranja... Te guardo una tarde de sol por si la quieres. Ese es un tesoro que nadie podrá arrebatarte. Te guardo una mirada risueña que nada pretende. Te guardo en un bolsillo el calor de mi piel por si vinieses...
* Manolo García *
Los cien mil cantos de Milarepa ( fragmento )
Hijo mío, no te enorgullezcas de tu conciencia y disciplina. Ten armonía con todo; sé paciente y presérvate virtuoso y noble: para tus pensamientos equivocados. Habla menos y evita toda distracción. Mora constantemente en ermitas y emplea todo tu tiempo en adelantar tus aprendizajes. Podrás comprender que tu propia mente es el mismo Buda, pero nunca abandones a tu gurú. Podrás comprender que todos los actos son intrínsecamente puros, pero nunca abandones ni la más pequeña virtud. Podrás comprender que todas las causas y los karmas son vacío, pero debes abstenerte de cometer la más pequeña transgresión. Podrás comprender que tu identidad y la de otros son una en la gran igualdad, pero no debes censurar el dharma nidesamparar a los seres sintientes.
Dónde descender después de tanto vértigo,
a dónde ascender después de tanto cielo falso?
debemos estallar de horizontalidad
y crear un destino sin fondos que nos nombre y nos calle?
Dónde pisar para que el vacío se nos vuelva tierra,
dónde para quer la realidad se transforme en un navío a punto de partir?
Todo es la manifestación incólume
de alguna red tendida ampliamente en el vientre,
todo es el anverso impostergable
de un reflejo que se va para adentro
y nos sostiene.
Todo es un resabio incesante y un esbozo incipiente,
un encuentro atemporal
y repetible,
con el no -ser que nos crea por debajo
Breve apariencia,
crezco como el sol...desde mi centro,
desde él re-abro la frecuencia de mis posibilidades
hacia los límites innombrados de lo que no se alcanza,
fugaz presencia,
crezco permanente,
Hacia el sutil remanso que me ocupa
hacia la noche clara que se eleva incoherente.
Crezco interminable con esta voz que no se acaba nunca.
La memoria,es ese trozo de sustancia,
que se nos mete adentro,cuando sobran olvidos.
Hemos visto, ¡alegría!,
dar el viento gloria final a las hojas doradas.
Arder, fundirse el monte en llamaradas
crepusculares, trágico y sangriento.
Gira, asciende, enloquece, pensamiento.
Hoy da el otoño suelta a sus manadas.
¿No sientes a lo lejos sus pisadas?
Pasan, dejando el campo amarillento.
Por esto, por sentirnos todavía
música y viento y hojas, ¡alegría!
Por el dolor que nos tiene cautivos,
por la sangre que mana de la herida
¡alegría en el nombre de la vida!
Somos alegres porque estamos vivos.
José Hierro
Comentario de Saul.
He soñado contigo
sin saber que soñaba…
En la gran chimenea
crepitaban las llamas,
la tarde se moría
detrás de la ventana.
Te he visto en mis ensueños
como un blanco fantasma,
alto junco ceñido
al aire de mi alma.
Te he visto ennoblecido
por estrellas lejanas,
turbado por la fiebre
de mi propia nostalgia.
Sobre la alfombra, quieta,
te sueño arrodillada.
Te sueño como a un Príncipe
de los cuentos de Hadas,
como a un vikingo rubio
con escudo de plata.
¡Qué bien quererte mucho
hasta quedar exhausta!
¡Qué bien sentirme siempre,
–¡Dios mío!– enamorada!
Me da miedo el vacío
que me queda en el alma,
el frío que me hiela
cuando el hechizo pasa.
Yo quiero amarte mucho,
con un amor sin pausa,
con un amor sin término,
como los dioses aman,
como los astros, como
las bestias y las plantas.
Siento celos del leño
que acaricia la llama…
¡Igual me abrasaría
si tu me acariciaras!
Susana March